Llegas a la puerta del albergue-hostal y te esperan muy amablemente Marcellino y Astou. Una pareja encantadora, serviciales, atentos y generosos con todos los huéspedes y vecinos del barrio. Siempre sonriendo.
Me sorprende la limpieza. Lo cuidan con esmero, está todo como los chorros del oro y todo el día limpia que te limpia! Con su decoración «cool africana» como dice Marcellino, le da un toque cálido y confortable, y te sientes como en casa!!!
Agua corriente, electricidad, internet-wifi, teléfono, aire acondicionado…comodidades que para cualquiera de nosotros son normal, aquí es todo un lujo, un rincón que no te esperas junto al mar, entre la pobreza del pequeño pueblo de Petit-Mbao, a unos 20 Km del centro de Dakar.
Las habitaciones amplias, con su baño individual, toallas y sábanas simpre limpias, hasta una manta, con el calor que haceeee!!! Pero claro, es invierno y para ellos estar a 30º es frío!
Una sala enorme donde trabajamos y comemos. El rinconcito donde sentarte para leer. El cuidado jardín con su caseta para los pajarillos, lleno de arboles y plantas…
En la azotea, vistas al mar y al pueblo, a sus casas a medias de construir (que no las terminan a propósito para no pagar los impuestos). Un castillo, si si, un castillo o esa era la intención de un señor belga con dinero que se encaprichó y así se quedó,en un capricho también a medias. Curioso de verlo por el contraste que genera.
Alrededor del albergue, siempre un montón de niños jugando y que se acercan a la hora de cenar, momento en que Marcellino y Astou les preparan todos los días una cazuela de comida. Además de repartir para más vecinos. Un gran gesto, sin duda, que dice mucho de ellos.
Youssou y Maria sobrinos de Astou, se pasan el día por aquí. Muy, muy tímidos, con su preciosa sonrisa y educación, nos cautivan. Y verles esa carita cuando les damos algunas cosas,…te roban el corazón.
Sin duda un lugar lleno de paz, tranquilidad y mucho amor. 100% recomendable para desconectar de todo.
Es tan fácil hacer feliz a alguien con muy poco!!!
Gema Cristóbal
Me estás dando una terrible envidia. El mundo está realmente mucho más lleno de buena gente, que de mala. Que lástima que los malos hagan tanto ruido.
Me gustaLe gusta a 1 persona