Continuamos la ruta hacia el sur. Vamos hacia Keur Madiabel (casi frontera con Gambia). Con parada en Kaolak, comemos en el restaurante de un encantador libanés, el señor Anuar, que lleva toda la vida por aquí. Recomendable por su buena comida y su magnífico trato. Cada año Marga le hace una visita.
La ciudad de Kaolak es una verdadera locura, un poco desastre, al igual que Dakar, contaminación, suciedad, muchísimo trafico (lugar casi «sin ley» en calles y carretera) puestos por todas partes, coches, y muchas motos, gente que se cruza por donde mejor les parece… un caos!
Esto estaba siendo muy tranquilo, verdad? jejeje Pues si, toca un poco de acción, algún que otro percance (sin importancia) y varias paradas de policía que nos retrasan el viaje…Todo controlado.
Llegamos a Keur Madiabel, un pequeño pueblecito literalmente como los de la España profunda. Me recuerda a mis pueblecitos segovianos, su gente, y algunas costumbres que me hacen sentirme como en casa. Nos recibe Aida y su familia, amigos de Marga y obligada visita.
Aquí empiezo a entender lo que es realmente la «Teranga Senegalesa». La palabra hospitalidad se queda pequeña, te dan todo, literalmente, hasta su propia cama para dormir y ellos duermen donde sea, increíble! Cenamos, por supuesto con sus costumbres.
El día ha sido largo y estamos cansados del viaje. A dormir todos como bebés.
Gema Cristóbal, 05.12.17
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