Llevo años viniendo a Senegal, donde he vivido muchas anécdotas y experiencias; pero este año, podré definirlo por el “año de los pies sucios”.
Todo el viaje, absolutamente todo, lo he pasado con los pies sucios y polvorientos, como si todo el polvo de Senegal los tuviera como único destino.
Tanto que ayer, fue un placer sumergirlos en aguas atlánticas, a orillas de la Isla de Gorée y mantenerlos limpios aunque solo fuera un rato.

Marga Coll, 27.03.19
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