Aunque llevo diez años viajando anualmente a Senegal, sigo teniendo mariposas en el estómago incluso días antes de partir. Es una mezcla de emoción y de nervios. Emoción por reencontrarme con un país tan querido y sobre todo por la gente que conozco allí. Nervios, porque los imprevistos forman parte del viaje.
Desde hace mucho, empaqueto el material en cajas que una vez allí puedan moverse con relativa facilidad, por ello al llegar al aeropuerto las embalamos de dos en dos que hacen los 23 quilos máximo que nos permite el billete.
Nada más llegar al aeropuerto de Palma, ya he intuido que no todo iba a ir sobre ruedas; debe ser la experiencia, y no me he equivocado. Teníamos que embalar los paquetes y voilà! Desde la pandemia el aeropuerto ya no da este servicio. No entiendo que tiene que ver una cosa con la otra, pero esta es la realidad. Menos mal que Bel llevaba cinta de precintar y con esto Álex nos ha hecho un apaño para poder facturar y tengo que reconocer que las trabajadoras de Iberia nos han facilitado las cosas.
Marga Coll , ya desde Senegal 12/03/2022
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